Antes de empezar déjame avisarte: “Contramar, CDMX: el menú y el punto de vista de dos extranjeros” es un articulo escrito a 4 manos y dos paladares. El de un italiano que prueba por primera vez verdadera comida mexicana (Andrea) y el de otro italiano (Francesco) que lleva 12 años en México.
Esta es nuestra “historia” de una comida en este clásico mexicano, su menú y nuestras impresiones.
Nos ha divertido mucho escribirlo y esperamos que resulte agradable a la lectura.
“Andrea, ¿cuál fue tu comida favorita en México?”
Cada vez que me han preguntado, creo que he respondido sin pensar demasiado: nuestra “ merienda” en Contramar.
“¿Pero cómo que “merienda”? ¿En uno de los restaurantes de pescado más emblemáticos de la Ciudad de México?
Sí, bueno digamos que reforzada… quizás muy reforzada. En el sentido de que no recuerdo si ya te habíamos mencionado que en la CDMX la comida más importante es el desayuno; que luego se come un poco a todas horas y por eso suele pasar que varios establecimientos tengan horario corrido, de la mañana hasta la noche. Incluso algunos cierran justo antes de la cena, porque los nativos suelen preferir quedarse hasta tarde bebiendo cerveza o “agave” y luego saciarse con tacos o productos similares, comprados en los muchos puestos abiertos hasta altas horas de la noche. Y quién podría culparlos? Todavía traigo el recuerdo de la bondad de ciertos sabores (lee aquí)
En fin, nuestra comida en Contramar fue más o menos así.
Al llegar a la Ciudad de México, inmediatamente salí a caminar con Francesco y nuestras respectivas parejas a las colonias Roma y Condesa.
Como el reloj ya marcaba las 17.00 y hacía varias horas que no habíamos comido, cuando pasamos frente a Contramar, un restaurante considerado un verdadero clásico de los mariscos mexicanos, tuvimos la osadía, más en broma que con alguna esperanza real de encontrar asiento, de pedir mesa para 4… Bueno, el encargado de la entrada, para enorme sorpresa de mi amigo que en los 5 años en que había vivido por esos rumbos nunca había podido probarlo, luego de una mirada fugaz al interior del salón, nos susurró: “¡Por favor, por aquí!”
En resumen, después de un júbilo contenido, (ni tanto, la verdad), algunos abrazos y un par de palmaditas en los hombros muy italianas, nos sentamos en una de las codiciadas mesas con vista a la calle de Durango, listos para ordenar.
Obviamente, al encontrarme frente a un menú muy completo, donde realmente no conocía más de la mitad de los platos y además con un hambre absurda, felizmente me encomendé a mi amigo.
Estas son las fotografías de casi todo lo que Contramar y nuestro estomago nos permitieron probar ese día. Casi decía, porque estaba tan embelesado con mi primer contacto con CDMX y su comida que se me olvidó tomar unas más.
La cocina de Gabriela Cámara… ¿Cómo? ¿No sabes quién es? Miembro del Consejo para la Diplomacia Cultural del gobierno mexicano y asesora gastronómica personal del presidente Andrés Manuel López Obrador, Gabriela Cámara es una chef mexicana originaria de Tepoztlán, en Morelos, que saltó a la fama por sus dos restaurantes: precisamente Contramar, inaugurado en 1998 en CDMX, y el más reciente Cala, que abrió en San Francisco. Especializada en el uso de pescados y mariscos, además de escribir varios libros sobre el tema, ha sido incluida por la revista Time en el ranking de las personas más influyentes del mundo para 2020. ¿Suficiente? Por qué podría continuar…
Bueno, hagamos esto: como he hablado demasiado, Francesco te habla de la cocina y del servicio, ya que él está mucho más familiarizado con el tema que yo. Te veo al ratito!
(Francesco) La cocina de Contramar es la de una clásica marisquería mexicana que a la vez conoce bien la necesidad de evolucionar y mantenerse al día.
Para abrir el estómago, lo ideal es una “orden” de Almejas Chocolata: directamente de Baja California, de diferentes tamaños (las pequeñas tienen una concentración salina más acentuada, las grandes más carnosas y ligeramente más “neutrales”) y perfectas para comerse crudas, a lo mucho con una gota de limón.
Digamos que en Baja he comido mejores, pero bueno… para venir de tan lejos, mis respetos.
Simplemente brutales los Tacos de Esmedregal al Pastor, un golpe de sabor sorprendente en su delicadeza; las especias y el achiote del adobo aportan un ligero toque de dulzor al pescado en cuestión que contrasta a la perfección con el aroma marino del bocado.
Un poco menos convincente es el Taco de Camaron estilo Baja, de buena calidad pero un poco “escolástico”.
Lo mismo ocurre con la Tostada de Atún: gran calidad de la materia prima pero, quizás, un poco pobre en ingredientes a comparación con otras que he tenido la suerte de degustar en las costas de la península “tricolor”.
Sigamos con los fuertes: muy difícil elegir entre el Pulpo a la Braza, servido con camote asado y una salsita macha de Chile Meco, y el Pescado entero a la Talla.
El primero tiene ese aroma a brasa que inevitablemente “empuja” el plato y que es retomado por el ligero ahumado de la salsa de chiles previamente asados.
El segundo, como sabemos, es el caballo de batalla del lugar: pescado (en este caso una cabrilla)abierto a la espalda, adobado por una mitad con un clásico mojo de ajo y perejil y por la otra con un clásico adobo de tomate, ajo y chilitos secos no picantes, más dulcezones.
Y entonces? Tengo que elegir a la fuerza? Bueno, quizás -pero muuuuy quizás- el segundo gane a los puntos, por la perfección de la cocción que mantiene una perfecta humedad entre las carnes del desdichado ser marino.
En Contramar realmente hay un mesero para todo, siempre amable y, como suele pasar en la CDMX y menos en otros destinos turísticos, muy profesional. Digamos también que aquí realmente se merecen plenamente su propina. Incluso , cosa que inicialmente me hizo sonreír, hay un par de asistentes encargados de mantener limpios los baños; señal evidente de cuánto, por diversas razones con las que esta vez no siento la necesidad de agobiarte, el costo de la mano de obra es diferente comparado con Italia y Europa en general.
El servicio es rápido y las mesas turnan rápidamente, pero el cliente nunca se siente apresurado; en definitiva, en el comedor se vive un ambiente festivo, colorido pero elegante, sin que todo caiga en el caos, a pesar del elevado número de asientos.
Además de una buena selección de cervezas y cócteles bastante clásicos, la carta de vinos cuenta con unas 70 etiquetas ofrecidas a precios “mexicanos” (leer más aquí); desde ochocientos pesos en adelante las botellas, mientras que una docena de ellas se ofrecen por copeo a partir de los 240 $ por un Verdejo “20 Abril de Organic” 2021 de Bodegas Verdeal. También hay naturales, pero en cualquier caso nada muy sofisticado. Obviamente la selección de Mezcal, Tequila y otros destilados “internacionales” es sustancial, digna de un restaurante mexicano de nivel.
(Andrea) Ya estoy de vuelta. Eso es todo, pero déjame decirte que, a pesar del paladar “europeo”, salí de Contramar feliz como niñito después de su “merienda”. Estoy exagerando? Puede ser, aunque no me parece que Francesco piense tan diferente a mí.
En definitiva es una experiencia que te recomendamos absolutamente hacer… Pero prométenos que no te dejarás tentar por los espaguetis con almejas. Eso, incluso a simple vista – para los estándares italianos – no estaban al nivel del resto de la oferta gastronómica. Y en este caso te podemos asegurar saber muy bien de lo que estamos hablando, ¡créeme!
Contramar
Calle de Durango 200, Roma Nte., Cuauhtémoc
06700 Ciudad de México, CDMX (MX)
+52 55 5514 3169
www.contramar.com.mx
Platillos de 85,00 a 990,00 pesos
Vinos naturales en menú: sí, en un grado menor
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